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REFLEXIONES SOBRE
NUESTRA FUTURA PROFESIÓN:
Dijo Abraham Lincoln “Todos los hombres nacen iguales, pero
es la última vez que lo son”… Miles de veces hemos oído hablar de discapacitados y capacitados, de hombres
afeminados y de mujeres machorras…pero nadie se ha puesto a pensar que todos
somos personas, nacemos personas y merecemos que nos traten como tal.
Las distinciones son el eje principal de la labor del
educador social. En nuestro caso hemos elegido tres ámbitos de actuación de
nuestra futura profesión, como son mediación familiar, inmigración y violencia
de género.
La mediación familiar, es un ámbito que es muy tratado en
los colegios e institutos, ya que el alumno ésta en fase de crecimiento y se
ésta definiéndose como persona, por lo que los padres necesitan saber cómo
llegar a sus hijos. No solo se requiere la labor del educador social, cuando
hay conflicto, sino como asesoramiento y seguimiento de los alumnos, así los
padres y los hijos podrán tener una correcta compenetración y comprenderse mutuamente.
En cuanto, a la inmigración sabemos que es un problema que
está muy arraigado en nuestra sociedad, las personas no visualizan a las
personas, sino que visualizan su raza, su acento y sus costumbres diferentes,
hablan de personas, diferenciando las nacionalidades y se olvidan de nuestros
orígenes, cuando tuvimos que emigrar…pero claro mientras yo sea español y no me
atañe a mí, no es mi problema. Es por eso que el educador debe actuar no solo
auxiliando a los inmigrantes, sino en la medida de concienciar a una parte de
la sociedad que vive apartada de los inmigrantes, por miedo ¿a qué?
La violencia de género, radica en la superioridad de un sexo
sobre el otro, en la mayoría de veces en la superioridad del hombre frente a la
mujer, una mujer que vive tan encerrada en su inferioridad que lo ha
interiorizado y ya no siente dolor. Los educadores sociales tratan de hacerles
ver a esas mujeres que el pozo tiene agua y que siempre hay alguien para
sacarlas a flote, que se vean como lo que son, mujeres, que luchan y se
enfrentan ante el hombre, porque sí que es verdad que somos diferentes, eso es
cosa de la naturaleza que nos dio órganos reproductores distintos, pero no
somos inferiores, ni mucho menos débiles.
La propia sociedad a la que pretenden ayudar los educadores
sociales vive cegada por la venda del prejuicio, desprestigiando esta
profesión. Cuando alguien se matricula en esta carrera no es que sea menos
inteligente, ni más honrado que él que se matricula en finanzas y contabilidad,
simplemente tiene una conciencia que lo aferra a la sociedad y que quiere
luchar por que todos seamos más justos…sabemos que a medida que lees esto, ves más utópica nuestra futura profesión y
nuestros fines, pero lo bueno es, que nostras no. No pretendemos cambiar el
mundo, simplemente auxiliar a todos aquellos que lo necesiten y vivir con la
felicidad de aquellos que la comparten con nosotros.
Trabajamos con personas y quizás no tendremos un salario muy
alto, pero la mayoría de las veces nuestra almohada vive enamorada de nuestra
conciencia tranquila y nuestra satisfacción es máxima, porque cuando alguien te
da un abrazo, te olvidas de los billetes de más que no cobraste este mes.
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